Del libro de las Geishas
Robert <Guillain que ha vivido en Asia desde 1946
«El mundo de las flores y los sauces llorones»
De todos los libros me quedo con algo como esto que me ha llamado la atención.
Para los japoneses, la sola presencia de los sauces llorones en la ciudad indicaba que probablemente no lejos de allí había algún lugar donde las flores los esperaban,
Hay que decir que no hay tan gracioso de formas y femenino como un sauce llorón japones . En comparación, los nuestros tienen el aspecto de un moño espeso y mal peinado- en nuestros países occidentales´se le suele dejar crecer en desorden y no sabemos convertirlos en nada mejor que en unas greñas verdes y sin forma, en realidad este árbol requiere un jardinero hábil lo pode y lo peine sabiamente . Hay que aligerarlo de parte de sus numerosas ramas para que no caigan alrededor del grácil tronco más que las necesarias,unas largas y elásticas ramas que arreglan con elegancia a esta dríade vestida con el trasparente velo de su verde cabellera.